Bendita Terraza 

Mucho ya he leído sobre si a usted amable lector le gustó o no la idea de una Terraza en el edificio MAT en Tlaxcala. 

La verdad, para ser muy honesta, es una idea genial entendible solo cuando ya se ha visitado el sitio cultural. Por cierto, decentemente armado en su interior. 

¿A poco nunca se le ha antojado un refresco cuando termina de recorrer un museo?, un café, comer, sentarse a reflexionar; hablar con quien le acompaña, o simplemente relajarse en un día de asueto.

Si me responde que no, entonces no los recorre con frecuencia.

¿Ha visitado museos con niños? Le cuento, es poquito menos cómodo cuando son pequeños, siempre necesitan alimentarse, hidratarse o comer alguna golosina. 

Todo esto se lo digo porque no comulgo con la idea de recriminar al Secretario de Cultura su acertado comentario para librarse del infierno mediático que fue aparecer en la foto inaugural de la terraza. 

Cito textual “En el de Nueva York una vinoteca para ir a tomar vinos, no es algo que se salga de la normalidad” 

Justo esa declaración hubo a quien le pareció que el viajado secretario quiso decir ¡Venga mejor abran un chelero! 

Y no, la idea de un espacio donde los visitantes al MAT pudieran disfrutar de una bella vista al zócalo capitalino y una bebida, alimento o la lectura de un libro no es mala. 

Efectivamente, las mejores ciudades, los mejores museos del mundo cuentan con un lugar para tal fin, vaya, hasta el Museo del Estanquillo en CDMX lo tiene. 

Lo criticable aquí es que se ocupen los espacios públicos propiedad de un Estado y en consecuencia de todos para realizar negocios con el sello de la opacidad. 

¿Qué les quitaba que no fuera un antro sino un café?, ¿Y si abrieran a la IP una convocatoria para poder administrarlo?, ¿Y si le avisan a los medios y lo hacen público porque es transparente?

Y qué hubiera pasado si no se lo dan como premio a un patrocinador de campañas que ni del giro conoce. 

¡Ah, pero no! Era mucho pedirle al gobierno que pregona con bandera de impoluto ser honesto en sus actos, compras, concesiones, licitaciones, proveedores, acuerdos, contratos con costo al erario. 

Era mucho solicitarles a nuestros gobernantes no ceder espacios así (óptimos para hacer negocios) a cambio de favores políticos como en su momento lo fue el comodato de la hoy Casa Taurina. 

¿Se vale que solo a los cuates les toque?, ¿Qué opinan los restauranteros? Quienes por cierto siguen a la espera de que la pandemia termine para repuntar.

No, esta vez no tuvo la culpa el Secretario, ya lo aclaró, no fue él quien dio en comodato el espacio, no fue su pretensión habilitar el museo para montar una cantina, ni un bar, ni un antro. 

Esta vez el culpable tiene un nombre y se llama ambición o Edgar Nava García, This the same.

Hasta la próxima…

@Naye_Romero89

nayelir31@gmail.com

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